La carne de pollo, principal alimento implicado en las infecciones alimentarias producidas por Campylobacter

La carne de pollo, principal alimento implicado en las infecciones alimentarias producidas por Campylobacter

 

Campylobacter es un género de bacterias Gram negativas, no esporuladas y de pequeño tamaño, comprende diferentes especies entre las que destacan C. jejuni y C. coli por causar infecciones en humanos. Se consideran bacterias exigentes, puesto que necesitan ambientes de oxígeno reducido para su crecimiento y temperaturas superiores a los 30 °C. Campylobacter spp. es sensible a la desecación, a los pH ácidos y a muchos desinfectantes, a pesar de ello sigue siendo una de las principales bacterias causantes de enfermedades de origen alimentario.

Tabla 1. Campylobacter, factores de crecimiento. Fuente: (Betelgeux 2015).

Campylobacter, factores de crecimiento. Fuente: (Betelgeux 2015).

Según la OMS cada año aproximadamente 1 de cada 10 personas padecen una enfermedad transmitida por alimentos, siendo la causa de la pérdida de 33 millones de años de vida saludable (OMS 2020). Campylobacter es una de las cuatro principales causas mundiales de enfermedad diarreica. En los países en desarrollo, las infecciones por Campylobacter son especialmente frecuentes en niños menores de 2 años, en los que a veces son mortales.

El reservorio más común de Campylobacter es el tracto intestinal de mamíferos y aves. Los animales raramente desarrollan la enfermedad, pero la bacteria puede contaminar alimentos que se obtienen de ellos, como leche y productos lácteos, carne y en menor medida, vegetales frescos y productos de la pesca. Campylobacter se encuentra principalmente en aves, debido a su mayor temperatura corporal, y es el consumo de carne de pollo y productos elaborados de pollo el principal origen de los casos de campilobacteriosis en humanos, constituyendo un problema de salud pública con un importante coste social.

El agua de ríos, lagos, mares, etc. también puede ser una fuente frecuente de este microorganismo, a causa principalmente de la contaminación fecal. La transmisión a los humanos se produce mayoritariamente de forma indirecta por el consumo de alimentos contaminados, pero también por el contacto directo con animales domésticos. A su vez, las personas pueden ser un reservorio de este microorganismo. En la Figura 1 se detallan los distintos reservorios y las vías de trasmisión.

Figura 1. Reservorios y trasmisión de Campylobacter. Fuente: (Betelgeux 2015).

Figura 1. Reservorios y trasmisión de Campylobacter. Fuente: (Betelgeux 2015).

Camylobacter jejuni es capaz de formar biofilms in vitro y sobre las superficies en los distintos puntos de la cadena de producción de carne de ave. Estos biofilms pueden encontrarse en las granjas, donde la presencia de biofilms de C. jejuni en las conducciones de agua puede jugar un importante papel en la colonización de los animales y en las diferentes superficies del matadero o sala de despiece. C. jejuni también se encuentra en biofilms de carácter mixto, estos son los que predominan en la mayoría de los entornos, en estos casos la bacteria actúa como un colonizador secundario. El biofilm aporta una serie de ventajas a C. jejuni puesto que facilita el intercambio genético, de nutrientes, enzimas, etc., por lo que el biofilm supone un riesgo importante debido a su capacidad para albergar microorganismos patógenos y facilitar su supervivencia.

Normativa y requisitos legales

En 2010 la EFSA publicó el análisis relativo a la prevalencia de Campylobacter en lotes y canales de pollos de engorde. El estudio se llevó a cabo en 2008 en mataderos, se llegó a la conclusión de que las canales de pollos de engorde estaban contaminadas en una media del 75,8 %, con variaciones significativas entre los Estados miembros y entre los mataderos (EFSA 2010). La opinión científica de la EFSA de 2010 sobre el riesgo de campilobacteriosis humana relacionada con la carne de pollo de engorde, indica que es probable que la manipulación, la preparación y el consumo de carne de pollo de engorde representen entre un 20 % y un 30 % de los casos de campilobacteriosis humana, mientras que entre el 50 % y el 80 % se atribuye al reservorio de pollos en su conjunto.

Ante la elevada incidencia de Campylobacter en la población y la clara relación con el consumo de carne de pollo, en 2011 se publica una Opinión Científica de EFSA que estima que establecer un límite microbiológico de 1.000 ufc/g, puede suponer una reducción de más del 50 % de los riesgos para la salud pública derivados del consumo de carne de pollo de engorde (EFSA 2011). En consecuencia, en 2017 se publica el Reglamento (UE) 2017/1495 de la Comisión Europea que modifica el Reglamento (CE) 273/2005 por lo que se refiere a Campylobacter en canales de pollo de engorde (Comisión Europea 2017).

Este reglamento adapta los métodos de inspección de las canales de ave de corral con relación a Campylobacter y establece un criterio de higiene en canales de pollo, que tiene por objeto controlar la contaminación de las canales durante el proceso de sacrificio. Según este criterio, en el recuento de Campylobacter en canales de pollo de engorde tras la refrigeración, no debe admitirse más de un 40 % de muestras que superen 1.000 ufc/g, a partir de 2020 el porcentaje se reduce al 30 % y en 2025 al 20 %.

Últimos datos sobre campilobacteriosis

En diciembre de 2019 el ECDC y la EFSA publicaron el informe anual 2018 de zoonosis. En 2018 la zoonosis más comúnmente reportada fue campilobacteriosis y así ha sido desde 2005, representando aproximadamente el 70 % de los casos (ECDC and EFSA 2019). El número de casos confirmados de campilobacteriosis fue de 246.571, lo que supone 64,1 casos por cada 100.000 habitantes (Tabla 2). La tendencia de esta enfermedad se mantiene estable entre 2014 y 2018, como puede verse en la Tabla 3.

Tabla 2. Cifras y tasas de notificación de zoonosis humanas confirmadas en la UE, 2018 (ECDC and EFSA 2019). Tasa por cada 100.000 habitantes

Tabla 2. Cifras y tasas de notificación de zoonosis humanas confirmadas en la UE, 2018 (ECDC and EFSA 2019). Tasa por cada 100.000 habitantes

Tabla 3. Casos de campilobacteriosis en la UE, 2014-2018 (ECDC and EFSA 2019).

Tabla 3. Casos de campilobacteriosis en la UE, 2014-2018 (ECDC and EFSA 2019).

Al igual que con otros microorganismos hay una clara estacionalidad en el número de casos confirmados de campilobacteriosis en la UE/EEE, con picos en los meses de verano. También puede observarse en la Figura 2 picos en enero, aunque con cifras más bajas en comparación con el verano.

Figura 2. Tendencia en los casos confirmados de campilobacteriosis en la UE/EEE, por meses, 2009-2018 (ECDC and EFSA 2019).

Figura 2. Tendencia en los casos confirmados de campilobacteriosis en la UE/EEE, por meses, 2009-2018 (ECDC and EFSA 2019).

En 2018 se reportaron 524 brotes de cambilobacteriosis transmitida por alimentos y 2.335 casos, como se observa en la Tabla 4. El mayor número de brotes de campilobacteriosis fue reportado por Eslovaquia (202) lo que supone un 38,7% del total, con 448 casos (21,4% del total) seguido por Alemania con 170 brotes (32,7%) y 449 casos (21,5%).

Tabla 4. Casos esporádicos de campilobacteriosis en humanos y casos asociados con el consumo de alimentos, UE/EEE, 2018 (ECDC and EFSA 2019).

Tabla 4. Casos esporádicos de campilobacteriosis en humanos y casos asociados con el consumo de alimentos, UE/EEE, 2018 (ECDC and EFSA 2019).

En total, 10 Estados miembros reportaron datos sobre Campylobacter en carne de pollo, las muestras se toman en la piel del cuello de la canal de pollo en los mataderos. Ocho de los diez países proporcionaron datos cuantitativos, el 18,4% de las muestras excedieron las 1.000 ufc/g. En la Tabla 5 puede verse como de los 28 brotes de campilobacteriosis 10 fueron causados por el consumo de carne de pollo y otros 10 por el de leche, que siguen siendo los alimentos que más frecuentemente han causado estos brotes.

Tabla 5. Distribución de brotes de infección por Campylobacter por alimento, UE, 2017-2010 y 2018 (ECDC and EFSA 2019).

Tabla 5. Distribución de brotes de infección por Campylobacter por alimento, UE, 2017-2010 y 2018 (ECDC and EFSA 2019).

En el informe se indica que los casos notificados representan sólo una pequeña proporción de las infecciones por Campylobacter que se producen en la UE. Además del bajo volumen de datos, las normas de muestreo y notificación no están armonizadas, lo que impide realizar análisis de tendencias o las fuentes de Campylobacter en los alimentos o los animales.

Estrategias para el control de Campylobacter en el sector avícola

El control de Campylobacter en el sector avícola es de gran importancia estratégica para evitar el riesgo en humanos. Las estrategias de control deben implementarse en todos los eslabones de la cadena alimentaria, sin embargo, tendrán mayor impacto en las granjas, puesto que es el intestino de las aves el punto de la cadena en el que se produce una amplificación de la contaminación.

En granjas, la bioseguridad es la estrategia más eficiente para la disminución de la prevalencia de Campylobacter, consiste en el conjunto de prácticas, procedimientos, comportamientos, etc. que crean barreras frente a agentes infecciosos y previenen que entren en contacto con los animales. Tres de los aspectos más importantes de la bioseguridad son el aislamiento y las barreras físicas, la higienización y el control de plagas. La limpieza y desinfección de las naves de engorde al inicio de cada ciclo productivo es fundamental para disminuir el riesgo de infección por Campylobacter de los broilers.

La concentración de Campylobacter en el contenido fecal es normalmente elevado, por tanto, se produce una dispersión del microorganismo a los materiales y equipos con los que contactan las aves no solo en la granja, sino también durante el transporte y sacrificio en el matadero. En el matadero, las canales se pueden contaminar en distintas fases de la cadena de procesado sobre todo en las operaciones de escaldado-desplumado, evisceración y tanques de enfriamiento. En el matadero y en las industrias de procesado pueden aplicarse distintas estrategias que complementan a las implantadas en las granjas, entre estas estrategias se encuentran los sacrificios programados, la reducción de la contaminación en producto y la higiene de las instalaciones y elementos asociados. El diseño de procedimientos de limpieza y desinfección específicos, incidiendo en los puntos críticos son necesarios para el control de la contaminación en las superficies de la instalación.

Bibliografia

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  • EFSA and ECDC (2019). The European Union One Health 2018 Zoonoses Report. https://doi.org/10.2903/j.efsa.2019.5926
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Sobre el Autor
Alma Milvaques
Alma Milvaques Directora Técnico Comercial Ingeniera Técnica Agrícola y Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos por la Universidad Politécnica de Valencia. Dispone de una amplia experiencia en el campo de la seguridad alimentaria. Ha participado en diversos proyectos de higiene alimentaria y numerosos proyectos de formación para el personal de industrias alimentarias, así como elaboración de material formativo y apoyo técnico. Es autora y coautora de diversos artículos y publicaciones.